La economía ecuatoriana ha sido una montaña rusa desde hace mucho tiempo, esto ha dificultado a los políticos junto con sus gobiernos crear y sostener una ruta de trabajo económica acorde a su situación.
El 2022 ha sido un año con incertidumbres, metas y también traspiés para el Ecuador, en donde hemos vivido buenos momentos, como el alza del precio del petróleo y las altas recaudaciones conseguidas durantes los feriados, sin embargo, también tuvimos un paro nacional que disparó el riesgo país a 1447 puntos y “frenó a raya” el comercio, pilar fundamental de la economía.
Además, actualmente el Ecuador atraviesa una serie de hechos como inseguridad política, social, económica y comercial, llevando a que la economía se contraiga y por ende disminuyan las expectativas para las proyecciones de finales del 2022.
Para los inicios del presente año el Banco Mundial proyectó un crecimiento económico en PIB de 4.2% y una inflación aproximada del 1% anual (Banco Mundial, 2021), siendo una de las mejores de la región, sin embargo, a medida que se ha desarrollado este año, las cifras han ido variando completamente ya que en el segundo trimestre de este año el crecimiento porcentual del PIB fue de 1.7% (Banco Central del Ecuador, 2022). El sector comercial, por otro lado, tuvo un comportamiento distinto al del mismo trimestre con respecto al año pasado, siendo la principal diferencia el campo de las importaciones, las cuales subieron en un porcentaje de 7.2%, mientras las exportaciones ecuatorianas se redujeron en 0.1% (Banco Central del Ecuador, 2022) con respecto al mismo trimestre del año pasado, representando una balanza comercial negativa para el Ecuador.
Internamente la economía ecuatoriana ha crecido de manera considerable, esto lo podemos evidenciar en la evolución de los depósitos presentados en el Gráfico 1.
Se puede observar que existe un crecimiento porcentual en los depósitos y los montos realizados por las empresas y las personas particulares. Este crecimiento representa un aumento de 3.5% con respecto al año pasado, siendo este un buen indicador económico para el crecimiento y flujo de la economía dentro del país. Estas estadísticas muestran que el comercio y la economía se ha reactivado y por ende existe un mayor intercambio de circulante, además, un mejor manejo financiero por parte de la población que hoy nos permite ver de manera más clara su comportamiento.
Gráfico 1. Evolución de los depósitos bancarios en el Ecuador con inicio en el año 2014 hasta 2022. Fuente: Banco Central del Ecuador.
Pese a que estos datos son positivos, el constante comportamiento variable en distintos aspectos pone a Ecuador en la incertidumbre de la economía, que se encuentra fuertemente amenazada por la inseguridad política, social y comercial, situación que no es nueva y que pese a dicho obstáculo ha progresado y lo sigue haciendo, pero que lo obliga a cambiar definitivamente muchas características que ponen en riesgo su estabilidad y progreso.
Las proyecciones para finales del año 2022 apuntan a que la contracción comercial se mantenga en -0.1% como lo ha hecho desde mediados de año hasta el presente día.
Comparándolo al mismo trimestre del año pasado, esperamos que para este año los datos incrementen ligeramente, debido a que el último trimestre del año es distinto, por sus fechas especiales y un país que ya se ha olvidado del COVID-19, este trimestre representa un esperado consumo de diferentes productos y servicios que muevan más el flujo de capital y junto con ello, las estadísticas. Por otro lado, las proyecciones finales por parte del Banco Central del Ecuador, nos dicen que cerraremos el año con un crecimiento del 3.3% PIB, siendo este un porcentaje óptimo si consideramos que la media porcentual de la región responde al 2.3% y en otros casos, cifras menores al 2.0%
Las cifras macroeconómicas del Ecuador se sitúan en un punto de vista positivo, aunque cabe mencionar que, a nivel social también hay una distinta realidad, en donde mucha gente vive una recesión, una situación en donde se siente la falta de trabajo, dinero y seguridad, siendo este un clamor muy generalizado en el Ecuador y que nos da a entender que por el momento no hay una buena aplicación e institucionalización de este “buen momento”, acorde a las cifras que ha tenido y tiene el Ecuador. Se espera con optimismo que el gobierno pueda aplicar en un futuro cercano una mejor estrategia para calmar ese malestar y poder resolver problemas sociales que también mejorarán y resolverán problemas y datos económicos.